Miguel de Barreda, un nuevo nombre para la pintura colonial colombiana

En una reciente investigación de la historiadora Laura Liliana Vargas realizada en el Archivo de Indias en Sevilla, próxima a publicarse, aparece el nombre de Miguel de Barredas y de su discípulo Andrés de Ascona embarcándose para la Nueva Granada.  Ese hallazgo viene a abrir nuevas luces en la historia de la pintura colonial colombiana pues hasta ahora sería el dato más antiguo que se tiene de un artista profesional español en territorio colombiano. Por supuesto entendiendo el termino artista como especialista en artes y no con la acepción moderna, clasista y excluyente. Aquí les dejo algunas notas sobre dicho pintor.

Miguel de Barreda ( Valladolid, ca 1516, España, Siglo XVI)

Vecino de Valladolid, hijo de Juan de Alcalá y de Catalina de Barreda.

El primer dato que tenemos sobre Barredas es de 1545 cuando aparece como  “pintor de imaginería” (quien pintaba las esculturas talladas por otros) al ser testigo en un pleito de 1545 y 1548 entre el tracista, dibujante y escultor Francisco Giralte y del escultor francés Juan de Juni. [1]

En 1551 contrató como pintor, asociado al escultor  Inocencio Berruguete, para realizar el retablo de la Trinidad calzada de Valladolid; en el mismo año con Jerónimo Vázquez y Juan Tomás Celma, como pintores, y con Antonio de Escalante, Diego de Castro y Francisco de Velasco, como entalladores, otorgó escritura para hacer el retablo mayor para San Francisco de Talavera por cuenta del obispo de Lugo Don Juan Juárez de Carvajal; en 1552 declara a favor de Inocencio Berrugete en un pleito y figura en 1554 como tasador de una obra de pintura de Benito Rabuyate.[2]

A mediados del siglo XVI hace parte del equipo de trabajo que elaboró el retablo de la iglesia de San Juan Bautista de Santoyo.  El retablo renacentista con incipiente manierismo es obra de Manuel Álvarez, Juan Ortiz y Mateo Lancrín que lo tallaron por terceras partes; y la pintura, el dorado y el estofado es de Jerónimo Vázquez, Ángela de Barreda, Miguel de Barreda y Antón Calvo.

El 26 de mayo de 1555 Barreda participa en las exequias solemnes que se celebraron en honor de la reina Juana I de Castilla (llamada Juana La loca) en Tordesillas al lado de los pintores Jerónimo Vázquez, Gaspar de Palencia, Francisco Ortiz y el portugués Manuel Denis, quienes se ocuparon de la pintura y el dorado de más de cuatrocientos escudos de armas, grandes y pequeños, un estandarte, cuatro banderas, tres coronas, dos cotas de armas y otras cosas, todo eso parte del ornato fúnebre que se hizo en torno al túmulo funerario de la reina.[3]

El 14 de julio de 1559 se embarcó en Sevilla hacia el Nuevo Reino de Granada, con su mujer Agueda Ponce.[4] Tres meses más tarde viaja a la Nueva Granada su discípulo Andrés de Ascona.[5] Estos datos además de confirmar la llegada de un pintor de oficio a la Nueva Granada confirman un hecho varias veces discutido y es el traslado de la estructura del taller castellano  como lo afirma el Historiador español Jesús Paniagua.[6]

Agapito y Revilla experto en la obra vallisoletana de ese periodo dice que no se registran trabajos de Miguel de Barreda en mucho tiempo, hasta que reaparece en 1587 cobrando parte de las custodias que pintaba en la iglesia de Villagarcía por cuenta de Doña Magdalena de Ulloa, y cobrando otros trabajos en 1596, cuando el pintor tenía ya ochenta años. Afirma el mismo autor que era un artista valorado pues cobró su labor como tasador de la obra de Rabuyate en 450 ducados, algo que otros habían hecho entre 330 a 500 ducados.

Palencia, Santoyo, Villagarcía, y Tordesillas son poblaciones cercanas a Valladolid.

Aunque no tenemos ninguna obra documentada en Colombia, en los años que Miguel de Barreda pudo haber estado en América entre 1559 y 1587, ni sabemos que ciudades pudo visitar y en cuales establecerse, debido a su experiencia como pintor de imaginería, y pintor de pincel[7] debió tener el mismo amplio margen de acción que tuvo en España. Opciones de trabajo que se complementaban con sus posibles variedades estilísticas al haber sido compañero de trabajo de un reconocido escultor renacentista como Inocencio de Berruguete (1520-1576) y de un pintor manierista como Juan Tómas Celma (1515-1578). De todas maneras hay que tener en cuenta que los años en que Barreda estuvo activo en Valladolid son muy importantes pues es allí que Alonso Berruguete y Juan de Juni forman la escuela de escultura Castellana que influenciará luego a toda la península y la América hispana durante más de siglo y medio, aunque quizás nunca podamos saber cuanto de ello pudo venir a la Nueva Granada de primera mano con Miguel de Barreda.

Darío Ortiz Robledo


[1] Miguel Cabañas Bravo, El arte foráneo en España: presencia e influencia, Consejo superior de investigaciones científicas, España, 2005, pg 308

[2] Juan Agapito y Revilla, Una obra auténtica de Berruguete, en Boletín de la

Sociedad  Castellana de Excursiones, Tomo VI, 1913-1914, pag 141

[3] Miguel Cabañas Bravo, El arte foráneo en España: presencia e influencia, Consejo superior de investigaciones científicas, España, 2005, pg 72 y 73

[4] Archivo General de Indias (Sevilla). Pasajeros L.3, E. 4259 . 14 – 07 – 1559. Procede de Contratación, 5537, L. 2, F. 33. Año: 1559 . En Laura Vargas, Fuentes para el estudio de la pintura del Nuevo Reino de Granada y del Virreinato de la Nueva Granada siglo XVI a principios del XIX)

[5]  “Andrés de Ascona, natural de Beleña, hijo de Pedro de Ascona y de Juana al Nuevo Reino de Granada, como aprendiz de pintor de Miguel de Barreda.”  Archivo General de Indias (Sevilla). Pasajeros, L.3, E 4341. 26 – 10 – 1559. Procede de Contratación, 5537, L.2, F. 41 (numeración en tinta). Año: 1559. En Laura Vargas, Fuentes para el estudio de la pintura del Nuevo Reino de Granada y del Virreinato de la Nueva Granada (siglo XVI a principios del XIX)

[6] Jesús Paniagua Pérez, La Enseñanza Profesional En El Mundo Colonial, en Historia De La Educación Colombiana. Pasto, 2005, Pag 102

[7] Pintor de imaginería era aquel que se especializaba en dar el acabado de dorado y pintura policroma a las esculturas realizadas habitualmente por otros. Pintor de pincel era aquel que pintaba cuadros y retablos.

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