Luis de llanos y su paso por Colombia

Fragmento del texto «Artistas Españoles en Colombia» del libro «Artistas Españoles en Colombia siglos XIX y XX» publicado con motivo de la exposición del mismo nombre en el Centro Cultural Español «Reyes Católicos» en Bogotá

Luis de Llanos (Cigales 1850-Bogotá 1895)

Por razones aún hoy desconocidas el pintor español Luis de Llanos llega a Colombia como secretario de la legación española en 1892 y se vincula en 1894 a la Escuela de Bellas Artes iniciando la cátedra de paisaje que a su muerte el año siguiente sería continuada por Andrés de Santamaría. El corto periodo de Llanos en Colombia sería suficiente para dejar una gran huella en el posterior desarrollo de la plástica nacional. Su figura es aún hoy muy ignorada y poco estudiada por los historiadores colombianos y españoles que pareciera que se quedaran en los escasos datos ya mencionados y que han especulado erróneamente sobre su formación, sobre sus profesores o la pertenencia a escuelas como la francesa de Barbizón.[1]

Luis de Llanos fue el hijo menor del matrimonio entre el intelectual y escritor Vallisoletano Valentín Llanos, uno de los padres de la novela histórica española, que curiosamente escribió siempre en inglés, y la intelectual británica Fanny Keats, hermana de John Keats gran poeta romántico ingles, y cuya amplia correspondencia hace parte de las fuentes primarias para estudiar la vida de su famoso hermano, muerto de tuberculosis en Roma en 1821 a la prematura edad de 25 años. Valentín, quien ha cuidado de John en Roma durante su exilio político, viaja posteriormente a Inglaterra dónde se casa con Fanny en 1826, regresando a España luego de la muerte de Fernando VII en 1833. Juan Llanos y Keats hermano mayor de Luis, fue también pintor.

Luis de Llanos estudia en la Escuela de Bellas Artes de Valladolid donde recibe los ecos de la influencia de Mariano Fortuny famoso internacionalmente desde que Goupil vendiera por una cifra extraordinaria para la época su cuadro la Vicaría en 1870, que lo convirtió en el pintor vivo más cotizado de España y uno de los más importantes de Europa. En 1880 para el Café Iberia realiza copias de las obras de Fortuny y un año más tarde decora el Círculo Calderón con copias de los tapices de Goya. En los años siguientes expone en Madrid en las Salas de Bosch y Hernández obras de carácter anecdótico y goyesco.

La diputación de Valladolid lo pensiona para estudiar en Roma, en donde se inscribe a la Academia Chigi, muy popular entre los pintores españoles que estudiaban en la ciudad eterna. Y allí, dando rienda suelta a su vocación literaria, escribe críticas de arte para el periódico italiano Libertá, y para la revista francesa L’Art. De la misma manera escribe artículos sobre los demás artistas pensionados en Roma que publica en diferentes revistas españolas y el libro “La vida artística, Memorias de un pensionado en Roma” que será publicado en Barcelona en 1892. Este libro, un documento singular  sobre la vida de los artistas extranjeros en Roma, seguramente lo hizo bajo inspiración de su padre quien en 1825 publicara “Don Esteban or Memoirs of a Spaniard written by himself” una narración autobiográfica transcurrida desde la guerra de independencia al levantamiento de Riego.

Paisajes colombianos de Luis de LLanos en óleo, acuarela y témpera

En Roma se hace amigo de Enrique Recio Gil, a quien admira por su manejo de la figura humana, lo relaciona con la gran colonia inglesa cuyas puertas le ha abierto su parentesco con John Keats que para entonces ya se ha convertido en una leyenda; y no duda luego en gestionar ante el gobierno colombiano para que sea invitado desde Italia a formar parte de la Escuela de Bellas Artes en Bogotá cargo de la cátedra de figura.

Quebrada Bogotana – 1894

Viendo su periplo vital nos queda claro que una de las razones para que hubiera sido nombrado como secretario de la legación española que venía a Colombia en 1892, era que hablaba y escribía correctamente al menos en cuatro idiomas, como lo demuestran sus artículos de prensa, en un momento en que España reabre sus relaciones diplomáticas con Colombia, decidida a recobrar influencia comercial sobre sus antiguas colonias americanas frente a las grandes concesiones mineras inglesas o de ingeniería francesa como el canal de Panamá. Desde su llegada al país Luis de Llanos mantiene una febril actividad pictórica que lo lleva a realizar en menos de dos años una cifra cercana al centenar de obras, en técnicas tan variadas como el óleo, la témpera y la acuarela, cantidad nada despreciable si sabemos que parte de su tiempo lo ocupaban las clases de la Escuela y  el trabajo en la Embajada.

Su rápida influencia en el medio del arte Colombiano y en círculos políticos, dadas sus altas cualidades pictóricas e intelectuales, le permite lograr, con el recién nombrado director de la Escuela, el arquitecto Mariano Santamaría, la apertura de la cátedra de paisaje y que el gobierno colombiano busque y contrate en Italia a su amigo Recio Gil. La cátedra de Luis de Llanos al proponer el estudio del paisaje al aire libre continuaba de cierta manera la revolución que había propuesto Epifanio Garay dos años antes al cambiar el estudio de estampas clásicas y esculturas en yeso por el modelo del natural, lo que ocasionó un gran escándalo entre los sectores más conservadores de la Escuela y motivó entre otros el retiro del pintor y Sacerdote Jesuita Santiago Páramo a quien esas decisiones le parecían contra la moral y la fe. Aunque parezca difícil comprenderlo a un poco más de un siglo de distancia, la pintura de paisaje al aire libre, la captación de los sutiles cambios de luz y de color de la naturaleza y la síntesis necesaria para poderlo lograr, representaban en su momento el pleno sentido de lo moderno de acuerdo a los autores de la época.

Entre los alumnos que Llanos tuviera en la Escuela se cuentan Jesús María Zamora, Ricardo Borrero Álvarez y Eugenio Peña quienes al dedicarse exclusivamente a pintar la naturaleza conformarán al poco tiempo, junto a Roberto Páramo, Pablo Rocha y algunos otros, la primera generación de paisajistas Colombianos.  Entre ellos cabe destacar la figura de Borrero Álvarez quien conservó siempre la impronta de la Escuela española, de color ajustado a la realidad y de pincelada precisa y preciosista,  enseñada por Llanos y que a la muerte de éste iría a buscarla directamente a España en 1895.

Darío Ortiz Robledo


[1] El primero de los muchos desaciertos sobre la biografía de Llanos se da en la misma fecha de arribo a Colombia. Creyendo que el mejor documento es el monumento publicamos la Vista del Río Magdalena firmada “Tamalameque, junio de 1892”. La afirmación de  Eduardo Serrano en su libro «Los pintores de la Sabana» de la vinculación de LLanos a la escuela de Barbizón no tiene sentido pues el artista español jamás vivió en Francia, ni coincidió en el tiempo con ese momento histórico.

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